El alimento creado por y para el bebé es la leche materna, por ello, no es nada descabellado afirmar que la lactancia materna es la mejor opción para la alimentación del bebé durante, al menos, los primeros 6 meses de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que: es la mejor opción para la alimentación del recién nacido, al menos, durante los primeros 6 meses de vida, siendo complementada después con otros alimentos. Además, debe de hacerse “a demanda” y comenzar desde la primera hora de vida.
Afortunadamente, y tras varias décadas de desprestigio a la lactancia materna a favor de las leches de fórmula, en la actualidad, las mamás toman más consciencia de la importancia que ésta tiene para el futuro desarrollo de sus bebés y todos los beneficios que la leche materna aporta. Ya no sólo nos referimos a beneficios a nivel físico e inmunitario (los cuáles ya son de destacar) sino también de aquellos beneficios a nivel emocional.
Por tanto, podemos afirmar que la lactancia materna aporta al bebé un alimento emocional insustituible y es muy favorable para el establecimiento de un apego seguro, siempre y cuando la mamá decida libre y voluntariamente esta opción. Es preferible la utilización de leche de fórmula en aquellos casos en los que la mamá no se encuentre cómoda con la lactancia materna o decida que prefiere no hacerlo.