Hablar sobre infertilidad, el mejor modo de librarla del estigma social

Que cuando pasamos por una situación vital delicada nos sentimos solos y desamparados, es un hecho. Que vivirla rodeadas/dos de las personas que queremos y nos quieren es sanador, también.

 

En general, hay bastante consciencia ya en el mundo de que vivir las cosas importantes en compañía es muchísimo más enriquecedor y sanador (cuando se trata de cosas menos buenas), pero con la infertilidad, hemos tocado hueso.

 

Aún veo muchas personas en consulta a las que les cuesta hablar de ello, compartirse en estos vitales procesos y darle visibilidad a una realidad cada vez más extendida. 

 

Este hecho, no solo no nos protege sino que aún favorece los sentimientos de soledad y la sensación de desprotección.

Liberando el estigma social: Dar voz a esta realidad

Es hora de romper el silencio y abrir un diálogo compasivo y comprensivo sobre la infertilidad. Porque solo dando voz es posible un cambio de mirada, porque solo dando voz es posible una mayor comprensión del proceso. Solo dando voz, podemos ayudar a comprender a quienes todavía no lo hacen, que la infertilidad nos rodea hoy y que hay que trabajar en red para que las personas que la padecen se sientan más seguras, protegidas y acompañadas.

Todavía hoy es habitual escuchar de la gente frases como:

- ¿Y vosotros para cuándo?

- Se os pasará el arroz

- Con tanto tiempo que lleváis juntos... ¿No pensáis tener hijos?

- Bueno ya os habéis casado, ahora toca ir a por el bebé ¿no?

 

Cuando alguien intentando ser mamá/papá escucha esto... miles de punzadas de dolor están recorriendo instantáneamente su piel.

Repito; consciencia, compasión y comprensión... No sabemos quién puede estar atravesando el camino de la infertilidad.

Intentemos eliminar estas muletillas dolorosas e inoportunas de los diálogos. No sabes por lo que puede estar pasando la persona con la que hablas. 

 

¿Cómo combatirlo? Yo suelo ser muy clara con mis pacientes. Sin dar demasiada explicación... Deja claro a la persona en cuestión que esa pregunta es del todo inapropiada. Que preguntar por cosas tan íntimas en un panorama como el actual, puede ser dañino. 

Independiente a esto, no está demás ser claros... ¿por qué no hablar con la realidad? Eso quiero, pero de momento no llega. Hay veces que cuesta más de lo esperado. 

 

Los problemas reproductivos van en aumento y que la sociedad tome consciencia es necesario. Los primeros y las primeras responsables de dar voz a la necesidad de abrazo son quiénes los sufren, así como quien los viven de cerca y en la actualidad... eso es fácil que ocurra.

 

Dicho de otro modo: Uno de los primeros pasos para mitigar el estigma social asociado con la infertilidad es normalizar la conversación en torno a ella. Esto implica educar a la sociedad sobre la complejidad y la prevalencia de la infertilidad. Contrariamente a la creencia popular, la infertilidad no es un problema poco común; afecta a millones de personas en todo el mundo. Al hacer que la conversación sea más común, podemos desafiar la percepción errónea de que la infertilidad es un tema vergonzoso o que solo afecta a unos pocos.

 

Es importante la creación de una buena red de apoyo que sepa escuchar desde la empatía y el NO juicio. En la mayoría de casos, las personas con problemas relacionados con la fertilidad no buscan consejo, buscan escucha, buscan abrazo y compañía. Poder hablar abiertamente resulta necesario y sanador.

 

Resulta necesario conocer que la infertilidad puede afectar profundamente la salud emocional y mental de quienes la experimentan. La presión social y las expectativas culturales pueden incrementar aún más el sufrimiento, llevando a sentimientos de culpa, soledad y desesperanza. Al abrirnos a la conversación sobre la infertilidad, podemos ayudar a desterrar el estigma asociado y fomentar un ambiente de compasión y apoyo para todos los afectados.

 

Además de todo ello, seguir alimentando la idea de que el valor de una persona está intrínsecamente ligado a su capacidad para concebir puede ser profundamente dañino y excluyente. Alentemos una visión más inclusiva y comprensiva de la familia, una que reconozca y celebre la diversidad de experiencias y formas de crear lazos afectivos. Alguien puede elegir la opción de no tener hijos y que su elección deje de ser tildada como "egoísta". Toda opción es válida y así ha de ser abrazada.

 

En última instancia, mitigar el estigma social de la infertilidad requiere un esfuerzo colectivo y continuo de educación, apoyo y defensa. Todos tenemos un papel que desempeñar en este proceso, ya sea al compartir nuestras propias historias, brindar apoyo a quienes lo necesitan o abogar por un cambio sistémico a nivel político y social. Juntos, podemos crear un mundo donde la infertilidad sea tratada con compasión y empatía, en lugar de vergüenza y estigma.

 

Es el momento de que entre todas y todos empecemos a crear el cambio necesario para lograr un mundo más saludable, sea cual sea nuestra situación personal.

 

Olaya Martínez Gil

Psicóloga en Valencia 

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Nº de Colegiada CV-13970