Superar una Ruptura

Sin duda, una ruptura de pareja es un momento de cambio vital. Sea cual sea la situación, más si cabe, si hablamos de una relación que se ha extendido mucho en el tiempo y, desde luego, si existen hijos entre ambos miembros. Cada ruptura es diferente (incluso cada miembro de la pareja lo vive de forma completamente distinta) y dependiendo de la situación será más o menos fluida pero, de lo que no cabe duda es que no se trata de un proceso sencillo. Podríamos comparar las emociones que se viven ante la ruptura con las que experimentamos en el duelo por la muerte de un ser querido. La ruptura de pareja es un tipo de muerte también.

La decisión de romper el vínculo sentimental es un proceso de cambio profundo, es un proceso de cambio personal pero también, familiar y social. Ante la ruptura pueden generarse sentimientos de culpa, pérdida, desesperanza, fracaso, entre otros. Llega el momento de tomar importantes decisiones, pensar qué hacer a partir de esta determinación, cómo contarlo, cómo hacerlo, qué quiero en mi vida a partir de ahora y cómo lo quiero. Tras una ruptura, hemos de volver a definirnos.

En toda pareja existen conflictos, nadie puede decir lo contrario. Pero, el éxito radica en que estos conflictos sean, por descontado, muy inferiores a los momentos agradables de los que se disfruta y, sobretodo, que no resulten incompatibles con el proyecto de vida de cada una de las personas que conforman la pareja.

Proyecto de vida, me gustaría hacer hincapié en este concepto y es que de él precisamente es de quién depende el éxito o no de la pareja. Pocas veces nos planteamos esta cuestión cuando comenzamos una relación y, tras algunos fracasos, podría ser interesante empezar a hacerlo. ¿Qué deseas tú en tu vida? ¿Qué esperas de una relación? ¿Con qué tipo de chico/chica te ves realmente? ¿Hijos? ¿Matrimonio? ¿Viajes? ¿Lugar de residencia?

Así como hay cosas que deben ser diferentes para dotar a la pareja de riqueza y variedad, todas estas cosas son fundamentales a tener en cuenta cuando uno comienza una relación de pareja. Es importante que ambos miembros tengan un proyecto de vida en común. Imprescindible diría yo. Imprescindible que ambos desees tener hijos o no tenerlos, que ambos deseen vivir en uno u otro sitio, imprescindible que a ambos les guste o no viajar. El proyecto de vida está formado por todas aquellas cosas que yo quiero experimentar en mi vida si o si, cosas importantes. Todo aquello que no estoy dispuesto a sacrificar por nada ni por nadie. Es por esto, que mi proyecto de vida debe de confluir con el que desea la persona con la que empezamos una relación. De otro modo e irremediablemente, la relación desde el comienzo estará condenada a fracasar.   

Date tiempo: consejo primero y principal. Desahógate, llora, grita, patalea, “monta algún que otro numerito”, está bien. Ahora es el momento de hacer estas cosas. Superar una ruptura lleva tiempo, superar el dolor es cuestión de semanas, meses o años (depende de la persona y depende del interés que uno ponga por levantarse). Está bien, vívelo ahora que es el momento porque después, te aseguro, tienes una vida maravillosa por delante dónde no dejarás de reír.

Stop a los pensamientos irracionales: muchos son los pensamientos que van a confundir tu mente en este proceso y a ellos son a los que hay que aprender a reconocer y ponerlos en el lugar que corresponde. Pensamientos como: estoy sol@, he fracasado, nunca más me enamoraré, no valgo lo suficiente, etc.

Nadie está completamente solo, así que, deja de lamentarte a aprende a disfrutar de todo aquello y todos aquellos que están dispuestos a acompañarte en este proceso.

Tu valía no depende de estar con alguien más, uno vale lo que se hace de valer, aprende a amarte y respetarte, este es un fantástico momento para empezar a dedicarte tiempo y descubrir todo lo maravilloso que hay en ti. El día que sepas reconocer en ti todo lo bueno que te hace ser quien eres, encontrarás a quien también sea capaz de reconocerlo, valorarlo y potenciarlo.

Stop “rumiaciones” y victimismos: no vivas en el pasado. Las cosas buenas que os hicieron estar juntos ya no existían, es por ello que la relación se ha roto. No te quedes alelado pensando en todo aquello que fue, porque como dice la palabra… fue, y ahora la vida es de otro modo que puede ser tan fantástico como tú decidas.

Disfruta de la buena compañía: una ruptura es un momento idóneo para reencontrarte contigo pero también para reencontrarte y apoyarte en esas personas que te hacen feliz y te aportan bienestar.  Compañeros de trabajo, familia y amigos son los cómplices ideales para hacer espectacular esta nueva aventura.

Reinvéntate: ya no volverás a ser la misma que eras hasta este momento, así que, que gran oportunidad para ser quién deseas ser verdaderamente. Dedícate tiempo para pensar qué cosas te hacen feliz y empieza a hacerlas, paso a paso. Tú eres a quien necesitas para ser feliz, no te abandones. Con quien nunca debes romper, es contigo…

Me gustaría acabar el post de hoy con un precioso texto de Jorge Luis Borges que me parece inmejorable para el tema tratado: “Con el tiempo te das cuenta…”

Gracias como siempre por seguirme amigos virtuales, nos saludamos pronto de nuevo.