En cualquier momento de nuestras vidas pueden existir acontecimientos que resulten estresantes, desequilibrantes o incluso, que nos hagan sentir superados. Estos momentos podrían ser definidos como “crisis vitales” que podemos resolver sin excesiva complicación o que, por el contrario, pueden causarnos serios problemas emocionales que podrán afectar y verse reflejados en todas las facetas que envuelven nuestro día a día. En estos casos, la figura del psicólogo se podría comparar a la de un facilitador de procesos, una persona que va a ayudar a otras a ver su realidad de manera más optimista y satisfactoria, dotarlos de recursos para un completo conocimiento del proceso y su normalización, toma de decisiones, habilidades de afrontamiento, la sensación de sentirse apoyados, acompañados y que controlan la situación, lo cual también acrecentará su tranquilidad y disminuirá los miedos relativos al desconocimiento. Ver más
Recibir un diagnóstico de infertilidad resulta una crisis vital estresante y puede alterar por completo la estabilidad emocional de la pareja, en general, y de cada uno de sus miembros, en particular. En un primer momento, la noticia desestructura el proyecto de vida familiar que la pareja se había marcado y los sentimientos más comunes suelen ser: frustración, impotencia, pena o profunda tristeza. A continuación, aparecen los miedos derivados del desconocimiento de todo lo relacionado con la infertilidad y seguidamente, un huracán de emociones que va a cambiar dependiendo de las noticias que se irán recibiendo durante el proceso de Reproducción Asistida, siempre y cuando, pasar por él haya sido la decisión final de la pareja. Durante el proceso aparece la esperanza y con ella, también inconvenientes como: malestares físicos, visitas continuadas al centro médico, cambios de humor, entre otras. Resultará de vital importancia para la pareja contar con los recursos adecuados para sobrellevar el proceso con la mayor tranquilidad posible, así como, la correcta adaptación y conocimiento de que, probablemente, será un proceso que se alargue en el tiempo.
El estado emocional de la futura mamá, así como el del futuro papá, es importante desde incluso antes de conseguir el embarazo. Numerosos estudios nos confirman que encontrarnos con altos niveles de ansiedad y estrés repercute negativamente en la consecución final del embarazo, ya que disminuyen la capacidad reproductiva femenina y la calidad seminal masculina. Para lograr un resultado exitoso del proceso desde antes de iniciarlo, resulta imprescindible contar con el apoyo psicológico adecuado que os aporte las claves para el control de dichos niveles de ansiedad y estrés.
El embarazo, sobre todo si se trata del primero, pone a la mujer en la necesidad de realizar un trabajo psíquico interno en el que va a despedirse de la hija para convertirse en la madre, así como, aparecen los miedos y dudas sobre si se será capaz de hacerlo correctamente, entre otras. Si has sufrido problemas de depresiones o ansiedad en el pasado, si las sufres actualmente o piensas que eres susceptible de sufrirlas durante el embarazo, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Un acompañamiento psicológico puede ser clave para preservar una buena salud mental y la experiencia de un embarazo positivo.
Si existe un momento en el que la madre necesita especialmente de un sostén emocional que le aporte confianza en sí misma y en su capacidad maternal, ese momento es el puerperio. Resulta un momento delicado tanto para la madre como para la familia, especialmente debido al ritmo frenético e individualista que se vive en la sociedad actual. Los primeros meses son para la madre un momento de grandes emociones acompañados de una gran demanda afectiva y emocional por parte del bebé, por tanto, contar con un post-parto sostenido, acompañado y apoyado será de vital importancia.